La inseminación artificial con semen fresco ha permitido, principalmente, el uso de forma más eficiente y menos desgastadora de los padrillos. De esta forma, grupos de yeguas pueden sincronizarse para ser inseminadas dentro un plantel y así lograr no sólo un menor uso del padrillo, sino que, indirectamente ordenar manejos como partos, destetes y otros.

Además, debe considerarse el uso de esta técnica en yeguas que sufren principalmente de endometritis (inflamación del endometrio) post coital o servicio. Ésta se traduce en la aparición de líquido en el lumen uterino, el cual, si no es evacuado y tratado debidamente, no permite la sobreviviencia del embrión en dicho ambiente a su llegada al útero.

La inseminación artificial con semen fresco asegura la presencia de semen evaluado en el útero, disminuye la reacción de parte del útero al semen y aumenta la eficiencia del padrillo en forma directamente proporcional a la calidad del eyaculado de éste.